domingo, 14 de noviembre de 2010

La deshonra y el ser

Hoy me dijeron que era un deshonra para mi apellido y la tradición familiar. Me han acusado de muchas cosas, soy fácil de acusar, hablo poco, pienso mucho y parezco débil. Un buen blanco para los egotistas, los déspotas, los nepotistas, los fundamentalistas, los cagones y en un mal día para los anarkos. También me dijeron que con el padre que tengo debería pensar distinto. Ahora, más allá de si coincido o no con él, ¿acaso no puedo tener ideas propias?. Me pregunto entonces si no es peor traicionarse a uno que avalar los deseos de otro. ¿Qué es el honor, hacer lo que uno cree que está bien, siendo honesto ante todo con su ser o hacer lo que otro cree que está bien, porque el otro desea algo?
Si una mayoría elige algo, aunque no acuerde, lo respeto, entonces si yo creo algo (con mayoría o no) porque no me lo pueden respetar.
Hay algo de ganas de generar culpa en la acusación. Es instalar una semilla de mierda en el mundo de las ideas. Es decirte que si no seguís la línea que esperan sos una hipócrita, cuando nunca dijiste que ibas a seguir esa línea, nunca prometiste nada, ni siquiera asomaste de tu infinito silencio. Tal vez el que calla otorga, pero a veces la "traidora" no calla.
Ah y la única deshonra al apellido que acepto es no ser hincha de N.O.B.¿Quedó claro?

jueves, 11 de noviembre de 2010

Burocracia… su lechuguita

Burocracia es una palabra más. Pero suele usarse a la par de términos como hijo de puta. Ej: “Sos un burócrata sindical” “se va a acabar/se va a morir/la burocracia estudiantil” Me estoy cansando de oírla nombrar, al mismo nivel que asesino, de que la coloquen como adjetivo, como sujeto y próximamente, en vez de aparatear, se va a imponer el burocratear  como verbo aceptado, bah ya existe burocratizar así que olviden esta línea.
¿Cómo funcionaría la vida sin burocracia? Digo sin la acepción primera que la RAE provee y cito: “organización regulada por normas que establecen un orden racional para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios.”
Burocracia en mi cabeza empieza a funcionar como con los Feinmann o los Duhalde, hay una buena y una mala. La mala vendría a ser y cito nuevamente a la RAE, pero en su cuarta acepción, “administración ineficiente a causa del papeleo, la rigidez y las formalidades superfluas.”
Me pregunto si en los partidos que hablan constantemente de burocracia (toda ella) no la hay, acaso no creen en la división de tareas, acaso lograron domar egos y llegar a la utópica horizontalidad. Ojo, me gustaría una vida ideal, sin burocracia, sin muerte absurda, sin conflicto, tal vez hasta sin nada se podría decir. Aunque si tomamos la idea de que el medio validante que se utiliza en estas organizaciones para llegar al fin es la generación de caos es lógico que estén contra la burocracia, toda ella.
Pobre francesa imperfecta, nuestra amiga palabra que nadie considera que a veces crea empleo. Cuando hago una cola trato de pensar en eso que es el camino para llegar a lo que sea, la burocracia es a veces el camino que uno se ve obligado a transitar, a veces está bacheado y otras es una autopista recién pavimentada. A veces asesina y otras estructura.

domingo, 31 de octubre de 2010

Barro tal vez...

Miles de ideas se agolpan en uno de los hemisferios y terminan en un “caos de tránsito” cuyos bocinazos no permiten diferenciarlas del ensordecedor ruido. Trato de limpiarlas, trato de eliminar ciertas dudas,  amplificadas como desde un altoparlante, que  gritan como la chica del MST,  son viejas y puritanas. “No hay que embarrarse” arremeten. “No tenés madera  para esas cosas” repiten. “No sos más que vos, nadie pensaría de eso modo” sentencian. “Estás sola en esto”. Allí, sin más,  todo se queda quieto, las ideas desaparecen, la vida se ralentiza y las bocinas callan. Todas esas voces atentan contra el movimiento, esas chicas agudas con altoparlantes logran una vez más que se desdibuje la sonrisa, que la alegría se vaya y que la fuerza se pierda.
 Ahora esta es la fucking situación, de golpe la realidad se convierte en tormenta. Dura sudestada cae sobre los techos de tantos. Pero al concluir las gotas surgen de la tierra las ideas, frágiles brotes aún. Frágiles pero firmes, verde convicción.
 Las respuestas a las verdades agudas nacen y el movimiento vuelve. Es imposible caminar bajo la lluvia y no mojarse. Ahí cae la primera. La coquetería en esta clase de entuertos no sirve para niente, la perfección no existe y mirar la película que hacen otros es demasiado fácil. En ese momento las banderas ajenas precipitan y las ideas cada vez más coloridas surgen del lodazal. De ese barro, de ese mismo barro en que tal vez estén muchos en este momento y en el que tantos nos vamos a meter. 

domingo, 10 de octubre de 2010

Zombieland

¿Dónde quedó la humanidad? ¿Dónde quedó la empatía y la reflexión?¿Alguna vez existieron?
Perdimos, considerando que la respuesta al último interrogante fuese afirmativa, la capacidad de generar pensamiento propio y por ende crítico. Dejamos que nos la hicieran perder, asumamos un 50% de la culpa judeo cristiana que nos corresponde. Engullimos, cual perros famélicos e irracionales bajo la mesa, las sobras sin preguntarnos si es caviar, asado de tira o polenta, sin querer saber el resultado de dicha ingesta en nuestra materia gris. Fagocitamos de una sola mordida la mierda Tinelli, el bolo Clarín/TN, el caballo blanco de San Martín y un violeta con la cara de Roca. Dormidos, anestesiados, clonazepaneados, mansos muy mansos repetimos las críticas que debemos tener hacia el presente, y aún así, si en algo coincidimos, nada es suficiente porque queremos todo para ayer.
Ilógicos, padecientes de estulticia olvidamos la burocracia del ser humano y que como tales somos también seres sociales. Y por más que busque y rebusque en el fondo de mis vísceras no se como hacer para que la corriente intolerante no me arrastre a esa zombieland que hasta el fin de sus días reiterará atrocidades tales como “con los militares estábamos mejor”.
Hoy decidí dejar de mirar la pelusa que se acumula en mis neuronas y quiero pedirle a quien lea esto, aunque eso tal vez nunca ocurra, que no se deje colonizar las ideas, que es lo único con lo que uno cuenta hasta el fin de su efímera vida.

martes, 17 de agosto de 2010

Zapping I

-"Che al final qué pasó en el boliche ese que..."
Es interesante
-"y fui a verlo y me dijo..."
ir por la vida
-"Creo que tengo que dejar de verlo."
robando,
-"Vos sos una mina que acapara ¿Entendés?"
cual voyeur auditivo,
-"No puedo más, voy a estallar con tanto... "
fragmentos
-"De esto, de aquello, de todo dice que..."
de la vida de los otros.
-"Y bueno, es lo que hay, le dije, tómalo o déjalo."

martes, 27 de julio de 2010

Cambio y fuera

Hay distintos tipos de cambios, además de los de los autos. Hay cambios paulatinos, casi imperceptibles, nimios, partes de un gran gran cambio. Y hay otros abruptos, a la fuerza, detonados por un tercero a sabiendas o no.
Lo único que se sobre los cambios, si es que se puede saber algo, es que dan miedo. A algunos los paralizan, a otros simplemente no. Algo tan natural como la mutación, tan incondicional, casi podría afirmar lo único permanente – esto fue robado de una canción- a veces me deja en cero, a cero. Ser o no, es cambiar o no.
Y tratando de ser objetiva- la gran falacia del periodismo- pienso que los mejores cambios, los quiebres de la vida, son generalmente los más duros, los más lentos, cuesta arriba, como a cinco millones de metros por sobre el nivel del mar. Son esos que nos dejan sin aire, sin habla y a veces hasta sin vida –lo que no significa muerte sepa usted distinguir, por favor- .
Basta de filosofar en vano, a esta altura usted, señor lector, se preguntará a que viene toda esta chachara de mutación del ser. El problema es que este cambio que le pienso contar aún no tiene un desenlace, o si porque la vida se compone de un montón de desenlaces hasta el cajón o las cenizas - en el mejor de los casos, ya que el ser podría tener muertes aún más horribles como por ejemplo el ser carnada de ballena, pero eso es harina de otro cuento-
No se si fue de día o de noche, se que estaba el cuerpo del ser en posición de reposo, de eso estoy segura. Los cambios generalmente llegan así, cuando uno está boca arriba o fetal, según la predilección del ser. Es como que la sangre se dispersa dando lugar a los deseos que viajan a través de las cañerías. Y así llegó, ese malestar, esa necesidad de tirar la toalla con el tablero y el agua de la pecera. Esas ganas de despegar los ravioles de la tapa de los sesos, de ordenar a los patitos y sobre todo de deshacerse. ¿De qué? ¿De quién? ¿Del cómo y del cuándo? Sobre todo deshacerse de los porque. De las justificaciones a seres superiores y sobre todo a los inferiores. Nadie merece justificarse, pensó el ser, primero. Ya no quiero más de esto, pensé. (Ojo a continuación no hay suicidio, el ser es oscuro a veces pero sobre todo cursi y sentimentaloide -valga el neologismo-). Y así empezó todo, una sola frase en una noche cálida o una tarde lluviosa no sabría especificar. La mutación lleva ya tanto tiempo gregoriano que los detalles se desdibujan.
A las semanas o tal vez horas, el ser comenzó a dejar de justificarse. Simplemente empezó a hacer o en realidad a borrar lo hecho porque en ese papel ya no le quedaba lugar. Nunca arrepintiéndose téngalo en cuenta, señor lector, más bien se podría comparar a cuando usted se deshace de fotos de gente que ya no ve arrojándolas a la papelera de reciclaje o tira las carpetas enmohecidas del secundario.
Y así, un día vio que su lienzo ya estaba en blanco… y le agarró bloqueo de escritor. No supo que hacer con tanto espacio, antes no había lugar y ahora no había nada. Entonces el ser se volvió a arrojar a los brazos de la pista de aterrizaje de Morfeo. Acumuló millas en la aerolínea cama, en donde solo se regodeó en su vacio. Y sintió miedo… Y quedó frio, duro como si Medusa lo hubiera intentado seducir.
Y así siguió por siglos o tal vez días, nunca lo sabré, hasta que ya no fue. O más bien hasta que se quedó sin cigarrillos y parose de la cama. Sin querer, o tal vez queriendo volvió a seguir cambiando, hasta que planee un rato y decida que quiero volver a justificarme. Porque el ser será muchas cosas, pero jamás, jamás, jamás querrá reencarnar en potus.

domingo, 23 de mayo de 2010

¿Love is real?

Al final era una de amor. Al final siempre es una de amor. No importa cuantas balas, explosiones o ucronías sean malgastadas en pantalla, siempre hay un beso, una caricia, una mirada, siempre hay amor. ¿El amor es acción entonces? ¿hacer es amar? o ¿ amar es hacer? ¿Por qué entre los primeros verbos que aprendemos a conjugar está amar?
¿No es ilógico que algo tan difícil de describir, tan abstracto sea uno de nuestros primeros verbos conjugables? Claro te tiran la palabra, sin ningún concepto detrás y arréglatelas. Cuando seas grande vas a entender. Vas a entender que no entendés nada. Nada. NADA.
La iglesia te enseña que dios es amor. Que tenés que amar al prójimo. ¿Entonces lo de los curas y los niños es amor bíblico? Pero Nietzsche dijo que dios había muerto (modernidad aparte). Entonces si dios es amor y está muerto… ¿El amor ha muerto?
¿Será suficiente todo este argumento para convencer al filósofo de que tengo neuronas y valgo la pena? ¿O me fui al carajo?